Si me preguntas por qué he preferido la Orden de Predicadores, responderé que es la más conforme a mi naturaleza, a mi inteligencia y a mi fin;..."
El Señor nunca abandona a su Iglesia.
La misión de Santo Domingo, la Predicación del Evangelio para la salvación de las almas, es urgente hoy como hace 800 años y como hace 2000 años. Jesucristo te llama a unirte a esta misión.